
Fuente: Alto Nivel.
Eduardo García Lecuona, presidente y director general de Intercam Grupo Financiero, analiza cómo la incertidumbre geopolítica y los cambios en el comercio internacional impactan la economía mexicana y el fenómeno del nearshoring. A pesar del entorno complejo, el directivo se mantiene optimista sobre el papel de México como socio estratégico de Estados Unidos.
Alto Nivel: Ingeniero, ¿cómo ha comenzado este año para Intercam Grupo Financiero?
Nosotros vamos muy de la mano de la actividad económica y del comercio internacional. El año comenzó bien, como suele suceder por el ciclo económico de fin de año. Las operaciones de noviembre y diciembre, como los pagos y compras que hacen las empresas, se liquidan en enero y febrero, por lo que esos primeros dos meses fueron positivos. Marzo también registró buena actividad.
Alto Nivel: ¿Cuál es su perspectiva para los próximos meses, hacia el cierre de 2025
Podría resumirlo en una palabra: incertidumbre. El reto más grande es que las reglas están cambiando constantemente y, peor aún, también están cambiando las reglas de cómo cambian las reglas. Todos los días surge una nueva interpretación o incluso se contradicen decisiones previas.
Mientras no sepamos con claridad cuáles serán las nuevas reglas del juego, será muy difícil adaptarnos al nuevo entorno. Y no solo hablo de las instituciones financieras o de México, sino de todas las empresas a nivel global: estadounidenses, europeas, asiáticas. Lo mismo que ocurrió hace 30 años con la firma del TLCAN, cuando las empresas mexicanas se reinventaron para competir en un mercado abierto, deberá pasar ahora con este nuevo entorno arancelario. Las tarifas no son nuevas; han existido toda la vida, y estoy seguro de que las compañías sabrán adaptarse. El problema es que aún no sabemos cómo será este nuevo entorno.
Alto Nivel: Intercam ha sido una institución muy ligada al fenómeno del nearshoring. ¿Cómo evalúan su evolución actual?
EGL: Este tema lo hemos analizado mucho desde el enfoque mercadológico, porque nos hemos posicionado como el Banco del Nearshoring. Y creo que algo es muy claro: el comercio internacional no va a desaparecer. Estados Unidos sigue siendo el mercado más grande del mundo, aunque los productos del extranjero sean un poco más caros.
Lo que está cambiando no es la globalización, sino las reglas del comercio internacional. México sigue siendo el vecino del mercado más grande del mundo, y el T-MEC sigue vigente. La revisión que se aproxima será complicada, pero el equipo del presidente Donald Trump entiende que necesita a México para concretar ciertos cambios. Hay cosas que no se pueden alterar, como el costo de la mano de obra. Es 10 veces más barata en México, pero más allá de eso, en Estados Unidos ya no hay mano de obra para el trabajo en fábricas.
La gente que antes trabajaba en esas plantas ahora se dedica a otros sectores, como los servicios o la tecnología. No veo a los jóvenes estadounidenses regresando a las líneas de producción. En cambio, México sí cuenta con ese recurso humano y con una industria ensambladora sólida. Muchas empresas aquí ensamblan productos con componentes traídos de Asia o China, y los exportan a Estados Unidos. Lo que se busca ahora es que más de esos componentes también se fabriquen en Estados Unidos o en México, pero creo que el ensamblado va a seguir haciéndose en nuestro país.
Entonces, ¿va a seguir el nearshoring? Sí, pero probablemente con menos dinamismo. Hemos visto señales claras; antes había una sobredemanda de naves industriales en el norte del país: hoy, aunque la ocupación sigue cerca del 100%, la demanda se ha moderado. Además, se construyeron muchos parques industriales, por lo que podríamos ver espacios vacíos.
Los empresarios están en pausa, esperando a que se aclaren las reglas para decidir si invierten o no. Cuanto más pronto se defina ese marco, más rápido podremos planear hacia el futuro.
Alto Nivel: Parecería, sin embargo, que México ha salido bien librado frente a otros países en este entorno arancelario.
Sí, definitivamente. Para sorpresa de muchos, la exclusión de México de los aranceles recíprocos indica que las negociaciones con nuestro país están muy activas y que se está llevando una estrategia adecuada. El equipo negociador mexicano me parece sólido, y la postura del Gobierno de no responder con agresividad ha sido inteligente.
Estamos logrando ciertos beneficios que, en otras circunstancias, quizá no habríamos conseguido. Habrá que esperar a ver cómo se asientan las cosas, pero lo importante es que el mercado sigue ahí. Tenemos la infraestructura para abastecerlo, por lo que sí podría haber beneficios para México. No me declaro optimista en exceso, pero tampoco veo un escenario negativo.
Alto Nivel: Además del comercio exterior, el mercado interno es clavo. ¿Qué papel juega la banca en este frente?
El mercado interno es fuerte, pero depende en gran medida de los empleos generados por las empresas exportadoras. México se ha convertido en un país exportados en las últimas tres décadas. Hace 30 años exportábamos, principalmente petróleo; hoy, casi toda empresa en México considera la exportación como parte de su estrategia de negocios.
Esta actividad exportadora genera empleos que impulsan el consumo interno. Entonces, lo global y lo local están estrechamente vinculados. Y la banca seguirá apoyando ambos frentes.
“Aunque el nearshoring ha mostrado señales de moderación, México continúa siendo un eslabón clave en la cadena de suministro global, especialmente por su proximidad al mercado estadounidense, su competitividad en costos y mano de obra más barata”.
Alto Nivel: ¿Veremos nuevos servicios por parte de Intercam?
Nosotros estamos muy enfocados en dos grandes líneas de negocio: empresas y personas. En el segmento empresarial, tenemos una fuerte orientación hacia el negocio internacional y el sector turístico. Este último se mantiene sólido: los turistas estadounidenses y canadienses siguen llegando a México, y destinos como Los Cabos, la Riviera Nayarit y la Riviera Maya tienen ocupaciones hoteleras elevadas. Vemos oportunidades claras en bienes raíces, desarrollos hoteleros y servicios turísticos.
En la parte industrial, aunque hay menor dinamismo, sigue siendo un sector activo. Muchos productos de consumo diario en Estados Unidos se producen en México y no son fácilmente sustituibles. Por ejemplo, no puedes sembrar un árbol de aguacate al sur de California y esperar resultados inmediatos; pasan años para que produzca. Este tipo de factores muestran cómo se reacomoda la economía global.
En cuanto al negocio con personas, nos enfocamos en inversionistas, tanto mexicanos como extranjeros que viven en México. Sigo viendo a muchos retirados estadounidenses establecerse aquí, porque pueden vivir con mayor calidad de vida y con menos dinero que en su país. Este mercado permanece estable. Además, los ahorradores mexicanos, si la economía va bien tienden a gastar y ahorrar al mismo tiempo, lo cual es positivo para nuestro negocio.
También estamos fortaleciendo nuestra operación internacional. Tenemos presencia en Miami, Puerto Rico y España, y estamos impulsando esa parte con fuerza. El reacomodo global abre posibilidades entre Europa, Medio Oriente, Asia y África. África es una economía en crecimiento que muchas veces se pasa por alto, pero tiene gran potencial. Los empresarios y las personas siempre encontraremos caminos para seguir adelante.
Alto Nivel: ¿Intercam tiene planes de inversión en tecnología y ciberseguirdad?
La tecnología es el eje de todo en la banca actual: tanto para mejorar la experiencia del cliente como para proteger los activos del banco y de los usuarios. No podemos dejar de invertir. De hecho, acabo de salir de una reunión del Consejo de Tecnología en la que analizamos planes a cinco y diez años.
Nuestro enfoque es mantener nuestra esencia, basada en el trato personal, lo que llamamos “Humanismo Financiero”, pero respaldado siempre por una infraestructura tecnológica sólida.
En temas de fraude, muchas de las amenazas se basan en vulnerabilidades tecnológicas, pero una gran parte tiene que ver con la ingeniería social: es decir, el engaño a las personas para extraerles su información bancaria. Por eso, además de proteger, tenemos que educar. Es una responsabilidad que asumimos como institución financiera.